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Primera Partida

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Mensaje  Johann Brahms Mar Dic 30, 2008 1:47 pm

26-10-1751. Puerto de Dublín.


Jack volvía a puerto tras despedirse de su familia. Al final de la calle podía verse el puerto, en el cual, orgullosa, fondeaba la fragata Queen Anne, buque insignia de la Compañía de las Indias occidentales. Los trabajos se sucedían a bordo y en sus proximidades. No en vano, el gran navío se predisponía para una nueva travesía al nuevo mundo.

Atentos a los progresos del navío, y conocedores de que harían falta hombres para su tripulación, cuatro integrantes de la familia O´connor miraban el barco con ojos llenos de esperanza, la esperanza de una nueva vida. Ellos eran los hermanos Randall y Frederick, el padre de éstos, Klaus, y uno de sus primos, William.

Entre unas cajas, oculto, un zagal…o no era tan zagal? sus ojos delataban más edad que sus rasgos, observaba Rick, mal vestido y con una camisa medio abierta manchada de sangre. También tenía motivos para subir al barco, y su mente se puso a funcionar. Conocía a uno de los del barco, un tal Declan O´hara, compañeros hace años a los que el destino había separado.

Yo observaba como todas estas gentes empezaban a aglutinarse, sabedores de que el señor Duncan, capataz del Queen Anne, haría aparición en breve, y con ella, la elección de nuevos marineros…

Tu, y tu, tu no, tu también…y así hasta diez el primer día. La fortuna visitó a los O´connor, Frederick estaba dentro…era un tipo enorme, gigantón, de los que raras veces se pueden ver, pero para Rick apenas había posibilidades, desapareció con algo en la mente, planes de falsificación, era una persona débil de brazos, pero de mente afilada.

La aglomeración del primer día había causado ya dos muertos, los envidiosos trazaban planes de venganza, los puñales salían y se escondían en sus vainas, los afortunados tenían que defender su contrato y su libra hasta el momento en que el Queen Anne partiera.

A media noche, camuflado en la oscuridad, un carruaje lujoso llegó a puerto. Una dama, lady Rebecca, junto con su voluminoso y pesado equipaje, embarcó en el Queen Anne. Solo unos pocos saben que está en el barco.

En otro lado de la ciudad, cercano a una de las numerosas posadas, los O´connor se debaten contra seis figuras, codiciosas y anhelantes de su libra y su contrato. Solo los más listos y fuertes surcarán los mares rumbo al nuevo mundo.

27-10-1751. Puerto de Dublín.

Hay una nueva oportunidad de ser escogido por el capataz Duncan. El día amanece soleado, las labores para preparar el Queen Anne siguen su curso. Los O´connor se preparan para aguantar otra vez los golpes y cortes de una nueva elección. Hoy no está Frederick, sino un hermano suyo, calvo y gordo, aunque se parecen tanto…Rick está desaparecido, oculto, esperando su oportunidad el tercer día.

Una veintena de hombres son seleccionados este día, entre ellos Randall y el hermano calvo y gordo de Frederick. Dos libras y dos contratos más que defender.

El día transcurre con duro trabajo para Declan y Jack, ambos, esperando la noche para poder descansar. Uno de los marineros comenta que esa mujer que embarcó anoche, lady Rebecca, es la hija de un lord, amigo del gobernador de Georgia.

28-10-1751. Puerto de Dublín.

Este día son treinta hombres los afortunados. En total, el capataz Duncan ha seleccionado sesenta hombres, que partirán junto con el resto de la tripulación a nuevo mundo, en el próximo día a las siete horas.

Jack y Declan pasan ese día ultimando los preparativos. Los O´connor celebrando el inminente viaje y despidiéndose de sus familiares, novias y esposas. El paradero de Rick es desconocido. Apenas quedan horas para que el Queen Anne zarpe del puerto de Dublín.

29-10-1751. Inicio de la travesía.

Al amanecer, algunos de los seleccionados y otros que les suplantan van llegando a puerto. Rick está entre ellos. Son ordenados en dos filas, cacheados y revisados sus petates. El capataz Duncan lanza su sermón.

No me importa cual sea vuestro nombre, ni si es el que figura en vuestro contrato. Lo único que me importa es que los que estáis aquí sois los que más ganas de subir a bordo tenéis, y eso me basta.

De repente un alborozo rompe el silencio. Varios carros hacen su llegada a puerto. De ellos bajan un total de veintiocho hombres con grilletes. Duncan se acerca al responsable, y tras unas palabras, van soltando a los presos…harán el viaje a nuevo mundo con el resto.

Es el momento, el oficial Wheels da orden a Jack y Declan de colocar a los hombres, incluidos los presos. Jack tiene un enfrentamiento verbal con uno de ellos, el viaje será muy largo…

Desde el castillo de popa, el capitán Fisher da la orden. Se sueltan cabos, elevan ancla, y los expertos marineros hacen que el Queen Anne empiece a navegar. Poco a poco, el puerto, y la ciudad de Dublín, van quedando atrás.

A lo largo de ese día se explica a los nuevos las funciones en el barco, así como los turnos de comidas, vigilancia y ocio. Los O´connor han conseguido un lugar decente en el barco, Rick está cercano. Declan y Jack ocupan su lugar habitual, bajo la proa, al lado de los marineros.

30-10 a 4-11 de 1751. Navegando a nuevo mundo.

Poco a poco los nuevos comienzan a funcionar, cada uno con su tarea asignada. Así, Frederic se encargará de los cañones, mientras que su hermano Randall, hará labores de carpintero. Su primo William limpiará cubiertas y reparará las velas. Rick será afortunado, y se encargará de dispensar las raciones de comida, ayudando al despensero de a bordo.

Se puede observar que entre los expresidiarios, hay uno que destaca, uno llamado Hard, que parece que maneja los hilos de todos ellos. Jack ya puede andarse con cuidado…

Uno de los días William lee un periódico, y destaca un artículo, “la matanza de Georgia”, algunos hombres empiezan a especular sobre ello. Este William parece avispado y Jack le propone que vigile un poco la cubierta, así como a Rick, a cambio, les dará tabaco. Declan hace lo propio con otros hombres.

La costa irlandesa cada vez esta más lejana, los días pasan y aparece entre los hombres una incertidumbre, saber o no si el barco parará en las Canarias, decisión que solo el capitán Fisher puede tomar. El tiempo no acompaña y hace mella en los hombres, sobre todo en los nuevos, la tormenta acompaña la travesía en estos primeros días. Esto será así hasta el día 4 de noviembre. Durante la tarde el tiempo parece dar una tregua, pero la noche traerá una sorpresa.

El fantasma de John Roberts!!! Vamos a morir!!!

Los hombres creen ver fantasmas en cubierta, una silueta blanca que cruza la cubierta superior, pero Declan sabe de quien se trata. Es lady Rebecca, que a media noche ha decidido salir a dar un paseo, pero ante la alarma regresa a camarote. Quizá esto no hubiera ido a mayores de no ser porque justo cuando alguien gritó fantasma, uno de los grumetes calló a cubierta desde uno de los mástiles. El pobre murió, y algunos rumores apuntan a que su cuerda había sido cortada.

5-11-1751. Navegando a nuevo mundo.

Durante esa mañana se intenta esclarecer lo que ocurrió durante la pasada noche. Unos piensan que mala fortuna, pero en algunos hombres, la posibilidad de fantasmas está muy presente, especialmente en uno de los O´connor, Randall. Hay que atajar esos rumores o comenzará a haber problemas.

Esa misma tarde el capellán de a bordo ofrece el último adiós al grumete, toda la tripulación reunida en cubierta. Algunos, por fortuna, descubren que la ruta que lleva el barco va a las Canarias, lo cual es una buena noticia. El día pasa tranquilo, hasta la noche.

Raaaaaandaaaall…Raaaaaandaaaaaall

Randall despierta en mitad de la noche sobresaltado, presa de pesadillas y clamando fantasmas. Toda la tripulación se alerta, cuando sin saber en ese momento el por qué, el barco gira en redondo de forma violenta. Más de uno hubiera caído al mar de no ser por su cabo de seguridad. Declan se apresura a ir a popa y descubre alarmado que el timón está sin control. Hace esfuerzos por recuperar el gobierno del barco, pero hay algo que lo alarma por encima de todo. No hay rastro del timonel…
Johann Brahms
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