Las espadas de sangre
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Re: Las espadas de sangre
Mario creo que se va mañana al macrobotellón del papa, asiq hasta dentro de semana y media o dos semanas nasti de plasti.
Yo puedo siempre ^^
Yo puedo siempre ^^
Demian Lewis- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 30/01/2009
Re: Las espadas de sangre
Pero tiene un día libre la próxima semana, me dijo. Incluso podrí venir, jugar y luego marcharse.
Johann Brahms- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 12/12/2008
Re: Las espadas de sangre
Esta tarde os confirmo qué día puedo. Pero vamos, que alguno por la tarde sí que me puedo escapar.
Keron- Mensajes : 90
Fecha de inscripción : 15/12/2008
Re: Las espadas de sangre
Pues parece que lo mismo me piro el próximo martes. Por lo que si pudieramos quedar el lunes, me iría con un buen sabor de boca.
No se cómo lo véis.
No se cómo lo véis.
Johann Brahms- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 12/12/2008
Re: Las espadas de sangre
Yo sigo pudiendo siempre ^^
Demian Lewis- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 30/01/2009
Re: Las espadas de sangre
Por que habeis matado al pobre perro? Que escondeis!
Henrick Saavedra- Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 12/12/2008
Re: Las espadas de sangre
jajajajajj esq era el que sabía la verdad sobre todo el asunto, asiq no podíamos dejarlo escapar xDDD
Demian Lewis- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 30/01/2009
Re: Las espadas de sangre
porcierto, os voy a meter vara.
Henrick Saavedra- Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 12/12/2008
Re: Las espadas de sangre
eso primero díselo al fantasma, que lo mismo se te adelanta y todo.
Demian Lewis- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 30/01/2009
Re: Las espadas de sangre
Yo puedo siempre menos por las mañanas entre semana.
Demian Lewis- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 30/01/2009
Re: Las espadas de sangre
I BOOK ON MIERCOLES y finde,y me viene mejor miercoles ke finde
Aer si a esta puedo ir
Aer si a esta puedo ir
Henrick Saavedra- Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 12/12/2008
Re: Las espadas de sangre
Lamentablemente yo creo que no vamos a poder, pq Jorge está por Levante hasta el 29 (creo) y el finde del 27 - 28 nos vamos unos cuantos a Elche.
Demian Lewis- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 30/01/2009
Re: Las espadas de sangre
Pues nada, de ser asi voy haciendo planes, que diana está de vacaciones esta semana y yo libro finde... pero con lo que sea me llamais.
Henrick Saavedra- Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 12/12/2008
Re: Las espadas de sangre
Hola nenes, ya estoy por aquí. Buenos días, buenas tardes y buenas noches
Johann Brahms- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 12/12/2008
Re: Las espadas de sangre
Jelou.
¿A alguien le apetece hacer algo hoy? Está Marta estudiando toda la tarde y toda la noche y me apetece que me saquen 8(
¿A alguien le apetece hacer algo hoy? Está Marta estudiando toda la tarde y toda la noche y me apetece que me saquen 8(
Keron- Mensajes : 90
Fecha de inscripción : 15/12/2008
Re: Las espadas de sangre
A ver si me pongo con ello v_v
Demian Lewis- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 30/01/2009
Re: Las espadas de sangre
Empiezo uno nuevo:
Era una tarde apacible, cálida y tranquila, síntoma de que ahí arriba las cosas no iban mal del todo. El sonido de la brisa acariciando los cerezos de Toshi Ranbo y el baile que éstos hacían a la par, era todo lo que un hombre podría desear.
Olor a leña en el fuego proveniente de las casas más cercanas, advertían la inminente hora de la cena. A esas horas ya no se escuchaba demasiada algarabía. Una respiración profunda, varios latidos del corazón... ‘atesora estos momentos Okura’, me decía a mi mismo mientras permanecía con los ojos entrecerrados. Se respiraba una madurez propia de las gentes que han pasado tiempos difíciles, sufrido pérdidas irreparables, asumido lo sucedido y seguido adelante. La vida no puede pararse.
Una estrella apareció en el horizonte con un color rojizo, signo de funestos acontecimientos venideros. Cruzó el firmamento de Este a Oeste y se perdió detrás de las montañas del Sur.
En ese instante, recibí la notificación de que mi Sensei requería mi presencia.
----------
El camino a las tierras del clan Suzume era hermoso, a un lado el bosque Shinomen, originario de tantas y tantas fantasías y al otro, a cierta distancia, el rio de las tres piedras.
Las jornadas transcurrieron sin altercados mayores, una vez acostumbrados a la tranquilidad, quiero decir, a la extrema tranquilidad proveniente del bosque. Madare se ocupaba de tener el camino despejado haciendo de avanzadilla. Es un hombre alto y rudo, de pocas palabras, siempre parece despreocupado, pero algo no parece estar bien en él. Percibo una ligera pesadumbre e intranquilidad por su parte.
Jotaro era el que se encargaba de la intendencia y de que todo siguiese el orden previsto para nuestra llegada a tiempo a las tierras del Gorrión. También es reservado, se le ve seguro de sí mismo y portador de la arrogancia propia del clan León. Desconozco si participaron en la guerra y es un asunto que ellos se esfuerzan en evitar.
Próximos ya a nuestro destino, el agua que llevaba en el pellejo se puso amarga ‘hay alguien a un lado del camino’ dijo Madare cuando regresó de su expedición.
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Tanto bullicio durante la cena me hicieron sentir incómodo. No estaba acostumbrado a estar con tanta gente y tan dispar. Pese a que una sonrisa y caras amables eran la fachada exterior, en el ambiente había altivez y amargura. Gestos forzados y palabras estudiadamente cuidadas y zalameras, fueron lo que sucedió a la presentación de todos los invitados a aquella corte de invierno. El viejo Junzo se esforzaba en parecer agradecido y se empeñaba en querer ser buen anfitrión, pero no estaba cómodo teniendo a tantos invitados en su casa y a su mesa.
Espíritus mapache abundaban por el lugar constatando la existencia de los muchos subterfugios, engaños y falsas apariencias.
Posteriormente y de una forma endiabladamente fortuita, comenzó una partida de go entre uno de los escorpiones que nos encontramos a la llegada a las tierras Suzume y un grulla al que le gustaba ser el centro de atención. Grulla que portaba la desesperación y la muerte.
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‘No se lo tengan en cuenta mis señores, él sólo quería mostrar su gratitud a los valientes magistrados’ dijo la madre de un chiquillo que nos había obsequiado con unos collares hechos de conchas. Había fuerza en ese presente, estaba hecho de bien, entretejido con cariño y admiración. Un regalo así no podía ser ignorado.
A la caída de la tarde y de vuelta a la carcel de piedra y mentiras, nos anunciaron que habría, que casualidad, un torneo de go al que, tras su finalización, seguiría una actuación kabuki por cortesía de nuestros compañeros escorpión.
La luna salió roja como la sangre y un olor a hierro pesaba en el ambiente.
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Esa noche no pudimos descansar, había habido demasiadas muertes sin sentido. Varios de los samuráis registraron el castillo sin tener suerte, cuando un hombre se precipitó al vacío desde las dependencias del Daymio. Mucho revuelo y miedo prosiguieron durante las siguientes horas y un robo del que nadie se percató.
Los ojos del león se tiñeron de rojo y una sonrisa siniestra se dibujó en su hocico. Tenía a todas sus presas justo donde quería.
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La batalla entre el dragón y un poderoso yokai aferrándose al cuerpo del león dio como resultado la expulsión de este último de vuelta a la espada gracias a la voluntad de su anfitrión. De momento el espíritu volvia a estar encerrado, pero había que custodiar ese poderoso nemuranai hasta que alguien con más sabiduría nos dijera como abordar este asunto.
Horas que parecieron dias y días que parecían años estuvimos vigilando el objeto, enterrado en un sarcófago de madera y hierro aún se oían sus lamentos y su afilada lengua tentadora. Pero tras la larga noche, llegó nuestro día en forma de nuestro sensei Tashime y un Kuni conocido suyo.
Pero la estrella roja apareció de nuevo en el firmamento. Debíamos partir sin demora a ver a un viejo artesano de espadas.
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Ibuki Tsi era un hombre corpulento que trabajaba el acero con las manos desnudas. Él dio nombre al mal, lo llamó Jonetsu, la segunda espada de sangre, forjada por el otrora conocido como Ashaina Yahinden mediante una poderosa magia maho en el Yunque de la Desesperación. Con el objetivo de corromper toda vida en Rokugan, las espadas de sangre fueron otorgadas a nobles samuráis que cayeron víctimas de su perversión sin tan siquiera percatarse de ello.
Un graznido de un cuervo sonó a través de la oquedad en la pared.
Los hombres sabios sintieron como se constreñía su corazón cuando se desveló el termino de ‘espada de sangre’.
Debemos recuperar las demás.
Chin pón!
Era una tarde apacible, cálida y tranquila, síntoma de que ahí arriba las cosas no iban mal del todo. El sonido de la brisa acariciando los cerezos de Toshi Ranbo y el baile que éstos hacían a la par, era todo lo que un hombre podría desear.
Olor a leña en el fuego proveniente de las casas más cercanas, advertían la inminente hora de la cena. A esas horas ya no se escuchaba demasiada algarabía. Una respiración profunda, varios latidos del corazón... ‘atesora estos momentos Okura’, me decía a mi mismo mientras permanecía con los ojos entrecerrados. Se respiraba una madurez propia de las gentes que han pasado tiempos difíciles, sufrido pérdidas irreparables, asumido lo sucedido y seguido adelante. La vida no puede pararse.
Una estrella apareció en el horizonte con un color rojizo, signo de funestos acontecimientos venideros. Cruzó el firmamento de Este a Oeste y se perdió detrás de las montañas del Sur.
En ese instante, recibí la notificación de que mi Sensei requería mi presencia.
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El camino a las tierras del clan Suzume era hermoso, a un lado el bosque Shinomen, originario de tantas y tantas fantasías y al otro, a cierta distancia, el rio de las tres piedras.
Las jornadas transcurrieron sin altercados mayores, una vez acostumbrados a la tranquilidad, quiero decir, a la extrema tranquilidad proveniente del bosque. Madare se ocupaba de tener el camino despejado haciendo de avanzadilla. Es un hombre alto y rudo, de pocas palabras, siempre parece despreocupado, pero algo no parece estar bien en él. Percibo una ligera pesadumbre e intranquilidad por su parte.
Jotaro era el que se encargaba de la intendencia y de que todo siguiese el orden previsto para nuestra llegada a tiempo a las tierras del Gorrión. También es reservado, se le ve seguro de sí mismo y portador de la arrogancia propia del clan León. Desconozco si participaron en la guerra y es un asunto que ellos se esfuerzan en evitar.
Próximos ya a nuestro destino, el agua que llevaba en el pellejo se puso amarga ‘hay alguien a un lado del camino’ dijo Madare cuando regresó de su expedición.
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Tanto bullicio durante la cena me hicieron sentir incómodo. No estaba acostumbrado a estar con tanta gente y tan dispar. Pese a que una sonrisa y caras amables eran la fachada exterior, en el ambiente había altivez y amargura. Gestos forzados y palabras estudiadamente cuidadas y zalameras, fueron lo que sucedió a la presentación de todos los invitados a aquella corte de invierno. El viejo Junzo se esforzaba en parecer agradecido y se empeñaba en querer ser buen anfitrión, pero no estaba cómodo teniendo a tantos invitados en su casa y a su mesa.
Espíritus mapache abundaban por el lugar constatando la existencia de los muchos subterfugios, engaños y falsas apariencias.
Posteriormente y de una forma endiabladamente fortuita, comenzó una partida de go entre uno de los escorpiones que nos encontramos a la llegada a las tierras Suzume y un grulla al que le gustaba ser el centro de atención. Grulla que portaba la desesperación y la muerte.
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‘No se lo tengan en cuenta mis señores, él sólo quería mostrar su gratitud a los valientes magistrados’ dijo la madre de un chiquillo que nos había obsequiado con unos collares hechos de conchas. Había fuerza en ese presente, estaba hecho de bien, entretejido con cariño y admiración. Un regalo así no podía ser ignorado.
A la caída de la tarde y de vuelta a la carcel de piedra y mentiras, nos anunciaron que habría, que casualidad, un torneo de go al que, tras su finalización, seguiría una actuación kabuki por cortesía de nuestros compañeros escorpión.
La luna salió roja como la sangre y un olor a hierro pesaba en el ambiente.
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Esa noche no pudimos descansar, había habido demasiadas muertes sin sentido. Varios de los samuráis registraron el castillo sin tener suerte, cuando un hombre se precipitó al vacío desde las dependencias del Daymio. Mucho revuelo y miedo prosiguieron durante las siguientes horas y un robo del que nadie se percató.
Los ojos del león se tiñeron de rojo y una sonrisa siniestra se dibujó en su hocico. Tenía a todas sus presas justo donde quería.
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La batalla entre el dragón y un poderoso yokai aferrándose al cuerpo del león dio como resultado la expulsión de este último de vuelta a la espada gracias a la voluntad de su anfitrión. De momento el espíritu volvia a estar encerrado, pero había que custodiar ese poderoso nemuranai hasta que alguien con más sabiduría nos dijera como abordar este asunto.
Horas que parecieron dias y días que parecían años estuvimos vigilando el objeto, enterrado en un sarcófago de madera y hierro aún se oían sus lamentos y su afilada lengua tentadora. Pero tras la larga noche, llegó nuestro día en forma de nuestro sensei Tashime y un Kuni conocido suyo.
Pero la estrella roja apareció de nuevo en el firmamento. Debíamos partir sin demora a ver a un viejo artesano de espadas.
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Ibuki Tsi era un hombre corpulento que trabajaba el acero con las manos desnudas. Él dio nombre al mal, lo llamó Jonetsu, la segunda espada de sangre, forjada por el otrora conocido como Ashaina Yahinden mediante una poderosa magia maho en el Yunque de la Desesperación. Con el objetivo de corromper toda vida en Rokugan, las espadas de sangre fueron otorgadas a nobles samuráis que cayeron víctimas de su perversión sin tan siquiera percatarse de ello.
Un graznido de un cuervo sonó a través de la oquedad en la pared.
Los hombres sabios sintieron como se constreñía su corazón cuando se desveló el termino de ‘espada de sangre’.
Debemos recuperar las demás.
Chin pón!
Demian Lewis- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 30/01/2009
Re: Las espadas de sangre
Andreas Von Maurel escribió:, el rio de las tres piedras.
OoohoOOOoOOohhohh -- me mancho.
Henrick Saavedra- Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 12/12/2008
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