Primera partida

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Boston, 9 de Agosto de 2012.


Tras más de 10 horas de servicio, la pareja de detectives se miraba aburrida y con cara de cansancio. Todo había estado tranquilo en la ciudad.

Todo normal.- pensó el detective Henrick Saavedra mientras repasaba mentalmente.

Los irlandeses seguían manejando el cotarro, aunque la situación comenzaba a estar algo tensa con tantas "banditas" de baja calidad llenando las calles. El "intrusismo" que estaban sufriendo las, hasta ahora, grandes organizaciones, era cada día mas palpable y se generaba más violencia.

Pero nada especial esta noche, solo la lluvia, parecía iba a haber tormenta. La monotonía se hubiese apoderado por completo de los dos cuando sonó la radio:

-....xhh-xhhh... Se solicita patrulla en el condado de Bermont. -La radio sacó del sopor a ambos detectives. Muy lejos, que se ocupe quien tenga que hacerlo, pensaron ambos.

- ¿Nos vamos a cenar después del trabajo? ¿Le pregunto a los maricas?

- Pseee...Bueno. -Contestó el detective Demian Lewis.

Un puñado de años juntos y la rutina era poderosa.


La pareja de detectives Jhonas García y Erick Durán comenzaban el ritual de beber sus cafés nocturnos cuando Saavedra puso fin a la tranquilidad.

-¿Maricas? ¿Os apuntáis a cenar después?

- ¿Que? No...¿para qué? -Contesto Durán. ¿Tu quieres ir?- Dijo girandose a su compañero .

-Joooder, nunca te vienes- Bramó Saavedra, dejando la linea libre para el anuncio desde central.


....xxxxhh-xhhh- A TODAS LAS UNIDADES, POSIBLE HOMICIDIO EN EL CONDADO DE DEBHAM. EN EL NUMERO 24.


No faltó tiempo para que ambos conductores se pusieran en marcha llegando a su destino poco después del ultimo aviso.

...xxhhh-xhhh- A TODAS LAS UNIDADES, SECUESTRO CON REHENES EN EL NUMERO 24. PATRULLA MÁS DE UNA HORA DENTRO. ESPERAN AL NEGOCIADOR.

-¿Como vas a afrontar la situación, negociador?- Dijo Saavedra con algo de sorna a su compañero.

-Así.-Dijo Lewis mientras sorbía por la nariz aquel peligroso amigote blanco.

-Eso te va a matar- Pensó Saavedra mientras apretaba a fondo el acelerador.



Para el detective Saavedra todo fue muy deprisa. Se miraba a sí mismo, en tercera persona viendo la granja, con esa furgoneta aparcada a lo lejos, y una figura que se adivina a través de una de las ventanas.

¡¡FUEGO!! ¡MATADLE!

Trozos de carne encadenada cayeron a la vista de todos, que disparaban a la puerta en la que apareció esa mole de carne con moto-sierra.

La visión de como esa moto-sierra atravesó a aquel hombre, era increíble, paralizaba a los presentes por un momento.
Tras un momento de rápidas ordenes y desconcierto se dispuso el asalto.

Los gritos de los Swat en el interior eran desgarradores. Una batalla se libraba dentro.
El superior ordena parar el tiroteo, instando a sus tropas a calmarse,cuando de pronto un sonido de descompresión azotó la instalación , echándola abajo con decenas de personas dentro.

Tras el desastre y los coordinados trabajos de los cuerpos policiales, se atendió a heridos y muertos, dando por comenzada la recogida de pistas.

La explosión fue algo que extrañó a los detectives, sobre todo el que no hubiera rastro alguno de llamas. ¿Cosas de gases? Quién sabe.
Cuando se consiguió acceder a lo que sería el sótano, el núcleo de la explosión, se encontró a un hombre con relativo buen aspecto, protegiendo una calavera de cristal azul, aun caliente, aunque en un momento cayó inconsciente sin desvelar ninguna pista.

Por los cuerpos encontrados en el granero, la casa , el bidón de agua y los alrededores todo parecía indicar que la familia O'connor había estado secuestrando,torturando y despiezando a los incautos viajeros para comerlos y participar en oscuros y satánicos rituales.


Finalizado el trabajo de campo, los 4 detectives se citan en el hospital para tratar de interrogar y preocuparse del estado de salud del hombre que guardaba aquella calavera.
El es el único que sabe que demonios ha podido pasar.

Al llegar, una sombra reinaba sobre ese ala del hospital. Un halógeno parpadeante delató un policía quieto, tirado en el suelo. Parecía muerto.

Saavedra fue al ascensor a pedir refuerzos a los coches, pues sus radios no funcionaban. ¿La tormenta?

Los tres detectives restantes, liderados por el detective Durán, linterna en mano, se encaminaron en busca de la habitación de aquel hombre desnudo. De su dependencia se escucho una espiración agitada y un crujir de huesos.
La visión fue espeluznante. cuerpos policiales y sanitarios tendidos en posiciones difíciles, muertos por aquel hombre, ahora con bata de hospital, con cara de absoluta ausencia.

Ni el disparo en la rodilla, propinado por el agotado García, fue suficiente para sacarlo de aquel estado.

Después de asegurarse de que sedarían a ese hombre y de que estaría esposado y custodiado, los detectives se permitieron retirarse a descansar.
A la mañana siguiente, el teniente los queria a los cuatro trabaando juntos en el caso.

Poco descanso recibieron los maltratados cuerpos de los detectives y bien temprano intercambiaban puntos de vista en el despacho, compartiendo un café.

La cosa no estaba muy clara, y se separarían en dos grupos. Saavedra y García se quedarían entre libros y papeles, dejando a los otros dos el interrogar al hombre desnudo en el hospital.


Para sorpresa de los detectives Duran y Lewis, el hombre había sido trasladado a un centro psiquiatrico de alta seguridad. El FBI había metido la zarpa.

Nuestros compañeros fueron los que murieron y no vamos a permitir que lo llevasen manos extrañas. -Pensaron ambos

Una vez en el centro, y con la oportunidad de intentar que el hombre misterioso respondiera antes de 10 minutos, Duran comienza a hablar de calaveras y rituales, despertando una vela diminuta en los ojos del misterioso hombre.

Este se giro hacia Duran, que sorprendido le pregunta : ¡¿Quien eres?!

¿Quien soy?...soy... CORREIS PELIGRO...soy...soy...


Me llamo Randall.